El consumo de vino es atemporal, sin embargo, al igual que ocurre con la gastronomía, hay vinos más propicios que otros para cada estación. En el otoño, por ejemplo, al acortarse los días y descender las temperaturas, implica un cambio de rutina y de preferencias en nuestra vida. En este proceso de adaptación, al igual que demandamos platos más consistentes, de manera quizá más inconsciente, también requerimos vinos más potentes.
Desde Bodegas Campos Reales, nos recomiendan cuatro vinos profundos para armonizar con los sabores de la gastronomía otoñal. Vinos tintos jóvenes y envejecidos, elaborados con uvas nobles y/o autóctonas como la Tempranillo, Syrah o Cabernet Sauvignon. Unos con una potencia aromática compleja, entre fruta madura, tomillo, romero y balsámicos y lácteos, y otros donde predominan sus aromas a grosella negra y recuerdos de mora y pimienta. Y todos ellos con el denominador común: elaboraciones respetuosas, comprometidos con su entorno. Vinos que reflejan lo mejor de su patrimonio vitícola.
Esta selección de cuatro vinos Canforrales renuevan tu bodega de otoño y te ofrece sugerentes maridajes:
Canforrales Clásico
Vino joven, sabroso y fresco, color picota con ribete violáceo, limpio, con aromas a fresas, moras y grosellas. Tinto redondo, amplio y carnoso. Nuestro vino más vendido en distintos formato para compartir. (Disponible en formato estándar y botella de 1,5 l.).
Canforrales Selección
Color rojo picota profundo con ribete granate, con una potencia aromática compleja, entre fruta madura, tomillo, romero y balsámicos y lácteos. Con paso de boca sabroso, y muy vivo y un toque tánico del roble muy elegante e integrado con las notas frutales.
Canforrales Syrah
Vino que procede de la uva Syrah, la más antigua y una de las mejores del mundo, se ha aclimatado perfectamente a nuestros campos, y da como resultado un vino tinto con mucho color, casi violeta, rico, poderoso y muy estructurado. Predomina en sus aromas la grosella negra y recuerdos de mora y pimienta.
Color rojo rubí bien cubierto, aromas a vainilla y frutos del bosque destacando la madera sobre el resto. Equilibrio en boca, con un postgusto que nos recuerda la crianza en roble americano.